
«Temíamos que un hijo de dos madres no fuese aceptado socialmente»
Cumplir con tu sueño de ser madre, cuando tu pareja es otra mujer, es un reto. Si además vives a 1.500 kilómetros de tu ciudad y tienes en contra las leyes de tu país, puede acabar siendo una pesadilla. La pareja formada por Daniela y Marta cumplió en Barcelona su sueño de ser madres vía inseminación artificial, pero su Italia natal se negaba a reconocer a un niño con dos madres. La prensa viralizó su historia y lograron convertir al pequeño en el primer bebé de dos madres italianas registrado en su país. Su caso ha sentado un precedente para otras parejas homosexuales en Italia.
La actriz italiana Daniela Conte (Nápoles, 1977) trabaja en el mundo de las artes escénicas, desarrollando proyectos independientes de performer, clown, cuentacuentos y facilitadora de talleres en el ámbito social, pero el de madre ha sido in duda el papel más difícil de su vida. Hace 5 años conoció en Barcelona a su pareja, Marta, también italiana y profesora de Historia del Arte. Ambas habían llegado a Barcelona en 2008. “Yo tenía ganas de salir de Italia y seguir mi formación de actriz: elegí Barcelona, ciudad que ya había visitado anteriormente y que de alguna forma me recuerda mi ciudad”, recuerda Daniela. Marta, nacida en Cagliari (Italia), se mudó a Barcelona desde Salamanca, tras media vida ya en España. “Una persona homosexual vive mejor en España que en Italia, siempre y cuando hablemos de ciudades grandes o en las que haya apertura sobre estos temas -opina Marta-. En Italia existe una especie de mito sobre España como país ideal si eres gay o lesbiana, pero creemos que es importante elegir bien dónde vivir: ¡España es muy grande y diversa!»
«Durante mucho tiempo pensé que no tendría hijos: temía que un hijo de dos mujeres lo pasaría fatal por falta de conocimiento de una parte de la sociedad»
La decisión de tener un hijo juntas no fue sencilla. “Antes de conocernos, y todavía al principio de nuestra relación, Marta estuvo muy convencida durante mucho tiempo de que no tendría hijos -confiesa Daniela-. Una parte de sus miedos en relación con este tema era la idea de que un posible hijo o hija de dos mujeres lo pasaría mal por la falta de apertura y conocimiento de una parte de la sociedad. Vivir en Barcelona poco a poco cambió esta percepción sobre la sociedad, aunque no del todo porque todavía hay gente a la que le cuesta entender esta diferencia. Pero hemos visto y estamos viendo una gran apertura y si hay obstáculos en el camino, estamos preparadas para afrontarlos y para darle herramientas a nuestro hijo para que haga lo mismo. Yo personalmente me cuestioné el tema más allá del hecho de ser dos mujeres… Mi duda era: ¿Quiero ser mamá?». La respuesta fue “sí”, y la decisión de que fuese Daniela la madre biológica surgió de forma natural. “Aparte de ser unos años mayor que Marta, yo tenía claro que quería pasar por todo el proceso del embarazo y el parto -explica Daniela-. Marta lo que tenía y tiene claro es que quiere ejercer de madre, sin necesidad de parir”.
Consiguieron cumplir su sueño con una inseminación artificial en la sanidad pública. “En esa época se empezaba a negar a muchas parejas de lesbianas el acceso a la inseminación artificial. En mi caso la ginecóloga no lo dudó ni un segundo y rellenó el informe para que el Hospital del Mar me citara para la primera visita: empezaron unas pruebas de protocolo, varias citas hasta al día de ir a recoger el semen en una clínica y llevarlo al hospital, ¡toda una aventura! -bromea Daniela-. Todo el personal que nos cruzamos fue muy amable y cercano, especialmente la doctora que me inseminó, a quien nunca olvidaré”. Fueron afortunadas: el positivo llegó en el primer intento.
«Se empezaba a negar a muchas parejas de lesbianas el acceso a la inseminación artificial en la sanidad pública. Nosotras fuimos afortunadas»
Pero la aventura no había hecho más que empezar. En julio de 2015 Daniel y Marta se casaron en Barcelona, y unos días después nacía su hijo, Rubén. Lo inscribieron en el Registro Civil de Barcelona con los datos de ambas madres. “Enviamos la documentación al Consulado italiano, que nos citó unas semanas después para decirnos que era inútil enviar el acta de nacimiento a Italia, ya que aparecían dos madres y eso en Italia no se podía transcribir. Varias parejas lo habían intentado en el pasado y los registros civiles italianos siempre negaban la transcripción, obligando estas familias a recurrir a pagar abogados para que un tribunal decidiese si transcribir estos nacimientos o no”. Sin esta documentación, el pequeño quedaba convertido el un pequeño apátrida sin derecho a pasaporte.
“El ‘no’ del Consulado nos pareció tan absurdo que al día siguiente empecé a escribir en Facebook lo que estaba pasando y a pedir ayuda. Redactamos una carta, Marta la envió a la prensa de nuestro país y a todos los que nos podían echar una mano. Una periodista italiana se interesó por nuestro caso y la historia se hizo viral hasta llegar al alcalde de Nápoles”. El alcalde se interesó por el caso y, desoyendo las recomendaciones del gobierno italiano, la Oficina de Registro del Municipio de Nápoles registró el certificado de nacimiento del niño haciendo figurar a Marta como “padre”: era el primer caso en la historia de Italia. Un par de meses más tarde, en pleno debate estatal sobre la nueva legislación para parejas homosexuales, la prefectura de Nápoles anulaba el documento, que un año después fue finalmente restituido por el juzgado. Los principales diarios italianos se han hecho eco del caso.
«Enviamos cartas a la prensa: nuestro caso se hizo viral y gracias al alcalde de Nápoles nuestro hijo fue el primer niño de dos madres registrado en Italia»

Hace menos de dos años se aprobó en Italia una ley sobre uniones civiles abierta también a homosexuales. “En cuanto a derechos es casi igual al matrimonio, aunque mucha gente se niegue a equipararlo conceptualmente. El gran problema de esta ley es que dejó fuera a los niños -denuncia Daniela-: No se prevé que la madre o padre no biológico pueda adoptar automáticamente al hijo de la pareja que se una, ni mucho menos que sea automáticamente padre o madre de la criatura que pueda nacer o que ya esté en el núcleo familiar”.
Daniela y Marta, pese a todo, creen que han tenido suerte. “Cuando ejerces derechos eres más consciente de lo importantes que son. Nos sentimos afortunadas de poder disfrutar de estos derechos que encontramos ya a nuestra disposición, y por los cuales muchísima gente ha luchado”. Su lucha también ha servido, y es que el caso de Daniela y Marta ha sentado un precedente muy importante para todas las parejas que viven fuera de Italia y se encontraban con el mismo problema. “Desde que nuestro caso se hizo público, nos han contactado muchas familias que viven en Barcelona y gracias a este caso han conseguido la documentación necesaria para sus hijos. La lucha en Italia continúa, y más alcaldes y alcaldesas han permitido que estos niños tengan sus derechos, con el apoyo de la asociación Famiglie Arcobaleno”.
Y después de esta guerra… ¿les queda alguna batalla? “A Marta le gustaría, en unos años, plantearse el tema adopción. Es complicado -reconoce Daniela-… ¡pero nunca se sabe!”
PD.- Si quieres conocer otras madres coraje, no te pierdas la historia de Noelia, madre con una discapacidad del 65% por una lesión de espalda, a quien el parto natural en casa y el porteo ergonómico le han facilitado la vida; o la historia de Cris, que tras 3 años luchando por quedarse embarazada perdió su primer bebé en la semana 38 de embarazo y que finalmente cumplió su sueño con un segundo tratamiento.
Y aquí un vídeo de la televisión italiana sobre la historia de Marta y Daniela:


2 Comments
Alejandra
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Rebeca
Hola, estás hablando de este centro https://maternidad-subrogada-centro.es ?